viernes, 12 de enero de 2018

Dominar a tu hembra

TEORIA

Siempre concebí al sexo como un ejercicio de poder sobre el otro. La sexualidad tiene mucho que ver con el dominio. Un macho posee a su hembra, la hace completamente suya.
Llevar a una mina a la cama es un triunfo. Es que ella se te entregue, que te de lo más preciado que tiene. Es un acto de conquista masculina. Es un territorio que invadís. Y como buen invasor, podés ejerecer todo el salvajismo que quieras. Sos el conquistador, tenés que saquear los tesoros que encuentres. Tenés que imponerte sobre todo y sobre todos.
El objetivo es el ejercer poder. El de lograr que tu hembra se entregue por completo a vos, el macho dominante. Ese dominio tiene que ser total, una rendición incondicional.
En el sexo ideal, los dos gozan, macho y hembra. Pero el goce se produce en los términos y en las condiciones que el macho impone. El goce femenino no debe ser autónomo. El goce femenino más perfecto es un subproducto de los dictados sexuales que el macho le impone para su propio placer.

PRACTICA

Algunas maneras en las que llevo la dominación a la práctica. No son todas ni son las más hard… pero me encantan y son una buena forma de dominar a una hembra.
  1. Insultarla: hay pocas cosas mejores que agredir verbalmente a una mujer mientras la poseés. Decirle “puta”, “hija de puta”, “trola”, “putita”, “zorra”, “ramera” es delicioso. Cuando le das la orden de “chupame la pija, puta” la estás poniendo en su lugar y tratando como desea ser tratada. La otra cara de la moneda es hacerla callar, por ejemplo, cuando está gozando. Este trato establece la relación de jerarquía natural entre el cazador y su preza.
  2. Pegarle: a la hora del sexo nada mejor que algo de violencia para imponer tu posición de macho dominante sobre tu hembra… y a ellas les encanta. Lo típico es la nalgada. A mí me gusta darlas tanto cuando la tengo penetrada como cuando no. Es un acto de poder impresionante. De ahí podés pasar a cachetadas durante el sexo oral: un pequeño bife cuando sacás la pija de su boca. Darles, con la mano abierta, en los pechos es soberbio también.
  3. Escupirla: cuando le estás comiendo el clítoris, qué puede haber mejor que intercalar una escupida en su sexo de tanto en tanto. Pero también se puede escupirle la boca. Un momento ideal es cuando la tenés clavada en la posición del misionero, mirándola a los ojos y dándole bien duro, escupís en su boca cuando la tenga abierta y ves como traga tu saliva. Hay pocas maneras de lograr un sometimiento tan claro.
  4. Asfixiarla: escribí un post sobre esto. El punto más caliente de esta forma de dominación es que genera un dominio casi total y una entrega de tu hembra absoluta. Ahorcar a mi mujer mientras la cojo es una de las cosas que más poderoso me hacen sentir.
  5. Juguetes: probá meterle un consolador a tu mina mientras la tenés sujetada con un collar similar al de un perro. Atala y dale con un látigo en las tetas. Ponele un vibrador en el clítoris hasta que no pueda más de placer. Nada mejor que usar los juguetes para dominar a tu hembra y mezclar placer y dolor.

Pensamientos Libertinos

  1. Comparto por aquí mis reflexiones sobre sexualidad, deseo, placer y mujeres.

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