En esta primera entrada quiero hacer referencia de esta nueva manera de vivir la relación de pareja: la Disciplina Doméstica.
Anteriormente cada vez que preguntaba a mi esposo "¿qué querés comer?, lo hacía en el afán de librarme de la agobiante tarea de pensar 2 veces al día cuál sería el menú.
Anteriormente cada vez que preguntaba a mi esposo "¿qué querés comer?, lo hacía en el afán de librarme de la agobiante tarea de pensar 2 veces al día cuál sería el menú.
Más que un pedido, era una imposición. Algo así como "si querés que haga de comer decime que cocinar", no con esas palabras, sino con ese trasfondo. Bah, en realidad alguna vez sí se lo he dicho con esas palabras.
Hoy noté en mí un cambio significativo. Al preguntar por un posible menú para la cena, lo hice con el absoluto interés de complacerlo y eso me hizo sentir que su opinión o decisión eran lo único válido para mí. El eje primordial de mis acciones. Pequeños pasitos de bebé
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