domingo, 18 de octubre de 2015

Cómo ser una esposa sumisa. Vivir la Disciplina Doméstica


Escrito por Sam Grover Traducido por Luis Alberto Fuentes Schwab


Algunos matrimonios están basados ​​en un marido dominante y una mujer sumisa. Estos viven la dinámica de la Disciplina Doméstica de manera consciente o inconsciente.

El matrimonio de cada persona es diferente. Algunas parejas, ven su matrimonio como un equipo, mientras que a otras les gusta dividir las decisiones entre ambos cónyuges. Otras personas prefieren tener al cónyuge al mando del matrimonio y que sea quien tome las decisiones y limitarse a seguirlo. Si estás en este último grupo, tal vez quieras que sea tu marido quien tome las decisiones, mientras que tú lo sigues; si estás en esta situación significa que eres una esposa sumisa. Si no estás acostumbrada a ser naturalmente subordinada, tendrás que tomarte algunos días y seguir unos pasos para tratar se de ser más servil y conseguirás la clase de matrimonio que tú y tu esposo quieren.
Instrucciones
       1
Da un paso atrás en la toma de decisiones. Una esposa sumisa no es responsable de las decisiones en su familia, puedes tomar algunas decisiones del día a día cuando tu marido no esté, pero las decisiones más importantes, por ejemplo cuando deban decidir dónde vivirán con su familia y bajo qué valores serán criados tus hijos, debes dejárselas a tu esposo.
     2
Ponte de acuerdo con tu esposo sobre qué es lo que realmente debes hacer o no. Si quieres ser una esposa sumisa, es necesario que aceptes que estás permitiendo que tu marido gestione todo en tu familia, lo que significa que necesitará tu apoyo.
       3
Pon dedicación en tu apariencia. Esto significa que tu estilo, tu perfume y tu vestimenta deben ser de alta calidad. Como esposa sumisa, tu papel es el de apoyar a tu esposo y complacerlo en lugar de trabajar con él, así que debes hacer un esfuerzo para lograrlo.
Consejos y advertencias
§  Recuerda que ser sumisa  y vivir la Disciplina Doméstica, no significa que necesites poner en riesgo tu moral. Más bien significa apoyarlo en sus decisiones, no quiere decir que debas llevar a cabo sus órdenes si éstas son malas moralmente, como por ejemplo robar o hacer daño a alguien.

 Extraído de http://www.ehowenespanol.com/

miércoles, 14 de octubre de 2015

En busca del orden. La Disciplina Doméstica motor y motivación


El finde pasado mi esposo viajó a un campeonato de fútbol. Era fin de semana largo y la vedad yo sufro mucho su ausencia, lo extraño a morir.
En el afán de ocupar el tiempo ordené la ropa en nuestra habitación, no solo para matar el hastío sino para complacerlo a su regreso.
desde que vivimos la Disciplina Doméstica, su complacencia es mi principal objetivo.
Que satisfacción da el orden y que alegría ver que con mi esfuerzo logré darle,a mi esposo un poquito más de felicidad.
Me siento dichosa.

Sentimientos


"Siento un poco de frustración. Desesperadamente necesito sentir la fuerza, el poder de su autoridad. No logro comprender que lo hace resistirse a ejercer esa autoridad sobre mí.
A él, poner una penitencia le cuesta, cuando se trata de nuestras hijas. Eso lo entiendo, como también entiendo que esa limitación la sienta conmigo también.
Pero de igual manera siento, ante esto, un pequeño vacío y no se que hacer para ayudarlo a poder hacer uso de esa autoridad que le pertenece.
No quiero ponerla a prueba a propósito. No me sale portarme mal adrede, es como si desdibujara el tipo de relación y la convirtiera en un juego.
Si bien es una especie de juego, yo lo tomo como algo importante, y fundamentalmente me gusta sentir que debo someterme a su voluntad.
Por eso no voy a presionarlo, sino a dejarlo fluir, aunque me cueste."


Esto lo escribí la semana pasada.
Pero ayer hubo un cambió, por fin comenzó a fluir esa fuerza de mando que se que él tiene.
Yo estaba con fiebre alta y el primero me sugirió que ayude al antitérmico con una ducha pero ante mi negativa su tono cambió y me dió la orden: "Andá a bañarte".
Con poco entusiasmo por el baño pero feliz fui
obedientemente.
Cuanta alegría sentí, me mandó a hacer algo para mi propio bien. Es la orden perfecta de un HOH. Wow.
Sentimientos que cambian ante actitudes que cambian, Que feliz me hace saber que vivir la Disciplina Doméstica es un objetivo compartido.

domingo, 4 de octubre de 2015

Pasitos de bebé

En esta primera entrada quiero hacer referencia de esta nueva manera de vivir la relación de pareja: la Disciplina Doméstica.
  Anteriormente cada vez que preguntaba a mi esposo "¿qué querés comer?, lo hacía en el afán de librarme de la agobiante tarea de pensar 2 veces al día cuál sería el menú.
Más que un pedido, era una imposición. Algo así como "si querés que haga de comer decime que cocinar", no con esas palabras, sino con ese trasfondo. Bah, en realidad alguna vez sí se lo he dicho con esas palabras.
Hoy noté en mí un cambio significativo. Al preguntar por un posible menú para la cena, lo hice con el absoluto interés de complacerlo y eso me hizo sentir que su opinión o decisión eran lo único válido para mí. El eje primordial de mis acciones. Pequeños pasitos de bebé